Sistema de Gobierno: Presidencialismo, Semi-presidencialismo o Parlamentarismo
En este informe se explorarán los aspectos principales que enmarcan la discusión respecto al sistema de gobierno que se debe establecer en la Nueva Constitución. Existen tres modelos principales de sistema de gobierno en la política comparada: sistemas presidenciales, sistemas semi-presidenciales y sistemas parlamentarios. Cada uno posee ventajas y desventajas en los ámbitos de gobernabilidad y representación, junto con actores que defienden cada una de estas posiciones. Esto se ve reflejado en la discusión en la que se enmarca la Convención Constitucional. En la minuta se presentan tanto los actores como los argumentos a favor de cada posición, junto con una síntesis.
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Argumentos
A favor del presidencialismo, se argumenta la importancia del arraigo cultural que proviene de la historia con la figura de presidente (Tradición). Asimismo, se argumenta que trasplantar “instituciones foráneas”, desconociendo la historia cultural y constitucional del país podría llevar a problemas institucionales más graves. También se destaca el punto de la Gobernabilidad. Todas las posturas argumentan que su opción posee ventajas en este punto. En este caso, se afirma que tener en el Ejecutivo dos figuras con vocación política (el Jefe de Estado y el Jefe de Gobierno) generaría un conflicto al interior del gobierno que conducirá a la parálisis. También se argumenta que se produciría una difusión de la responsabilidad de las autoridades políticas. De igual manera, se plantea que se afirma que mantener el presidencialismo es compatible con atenuar las facultades presidenciales y establecer un mayor numero de contrapesos entre los poderes del estado. Finalmente, se argumenta la importancia de mantener las facultades del presidente en cuanto al establecimiento de tributos y gastos del Estado (responsabilidad fiscal).
A favor del semi-presidencialismo, en cuanto al aspecto de la Gobernabilidad, se argumenta que tener un rol del parlamento en la designación del poder ejecutivo (en este caso, el primer ministro) podría ayudar a la resolución de conflictos entre los poderes del Estado1. También se plantea que en Chile existe un híper-presidencialismo que produce conflictos entre los poderes del estado, posee mecanismos de resolución de conflicto inadecuados, y que impacta la elaboración de políticas públicas.
A favor del parlamentarismo, se argumentan los problemas del presidencialismo en términos similares a la postura anterior, al igual que en el aspecto de la Gobernabilidad, aunque se afirma que en este caso las instancias de coordinación entre el Ejecutivo y el Congreso son mayores que en el semipresidencialismo. También se argumenta que el parlamentarismo asegura gobiernos de mayorías y contribuye a fortalecer los partidos. Finalmente, se plantea que Chile posee un sistema político multipartidista (o fraccionado) lo cual releva la importancia de poseer un sistema político adecuado a esta realidad.
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Actores
A favor del presidencialismo, se encuentran presumiblemente sectores conservadores. En la derecha, aquellos cercanos a la UDI; mientras que en la izquierda actores del PC también se han mostrado favorables a mantenerlo. Los primeros recalcan la historia política y cultural del país con el presidencialismo y cuestionan la composición del Congreso. Pueden expresar su apertura a desconcentrar y descentralizar algunas facultades presidenciales, pero recalcan la importancia de las iniciativas exclusivas presidenciales en materia de gastos y tributación, así como otras facultades.
En cuanto al semi-presidencialismo, esta aparenta ser la postura mayoritaria, congregando a actores del oficialismo (particularmente RN) como de la oposición. Sin embargo, se suele tomar como una posición intermedia entre las posturas favorables al parlamentarismo y las favorables al presidencialismo. Por lo mismo, no se tiende a desarrollar las características del régimen deseado (como una preferencia por el modelo “premier presidencial” o “presidente-parlamentario”[1], la división de facultades, o los criterios para activar una moción de censura o disolución del Congreso).
Finalmente, a favor del parlamentarismo se encuentra a sectores del FA y UC, aunque no es una postura unánime en dichas coaliciones. Sus defensores recalcan las posibles ventajas del parlamentarismo para la resolución de conflictos y conformación de gobiernos, así como los efectos del presidencialismo en los años recientes y la actual fragmentación del sistema de partidos. Dentro de esta postura, pueden existir diferencias respecto al número de cámaras o sistema electoral que debe tener el Congreso.
[1] https://plataformacontexto.cl/descargable/regimenes-de-gobierno-democratico-en-el-mundo-presidencialismo-parlamentarismo-y-semi-presidencialismo/
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Proyección
Esta controversia ha estado presente desde el origen de la actual discusión, pese a que no ha sido la de mayor interés, siendo opacada por discusiones relativas a la asignación de derechos en la Nueva Constitución. Sin embargo, consiste en uno de los puntos más relevantes del sistema político que decidirá la Convención Constitucional, y, por lo tanto, puede convertirse en uno de los más contenciosos. Dada su relevancia, es esperable que esta discusión sea abarcada por el pleno de la Convención. Sin embargo, queda por decidir si el pleno formulará lineamientos generales que serán precisados por una comisión, o si pasarán inmediatamente a una comisión que tomará definiciones al respecto y que serían refrendados posteriormente por la asamblea.
Debido a que la discusión ha sido dominada por argumentos contrarios al presidencialismo, es posible que la discusión lleve a su reemplazo por uno de los otros dos sistemas. Entre estos, la opción semipresencial posee un apoyo mayoritario. Si la discusión de la Convención converge hasta esta opción, puede ser esperable que los representantes de la izquierda favorezcan un sistema con elementos más cercanos al parlamentarismo, mientras que los representantes de la derecha favorezcan un sistema más cercano al presidencialismo. Sin embargo, las posiciones de los convencionales independientes respecto a esta discusión han sido menos difundidas. Dada su desconfianza al presidencialismo como hacia los partidos políticos, es posible que también se inclinen hacia una opción intermedia, por lo que sus definiciones sobre los aspectos particulares (facultades, sistema electoral, conformación del congreso) serán relevantes. Las posiciones de los actores también podrían modificarse según las proyecciones y resultados de las elecciones presidenciales.